Desde el nueve de febrero de 2012, el canciller argentino, Héctor Timerman ha venido denunciando ante la ONU al Reino Unido introducir armas nucleares al Atlántico Sur, precisando que un submarino nuclear británico, el Vanguard, fue enviado a la región equipado con armas nucleares.
También denunció que desde las Malvinas los británicos tienen la capacidad de atacar a buena parte de Sudamérica y que su poder militar en el Atlántico Sur se ha cuadruplicado en los últimos años.
Con estas acciones, los británicos han violentado el Tratado para la Prescripción de Armas Nucleares en América Latina y en el Caribe que define a la región como Libre de Armas Nucleares.
Este documento, conocido como Tratado de Tlatelolco, fue ratificado por todos los países de la región y suscrito en México en el año de 1967 y es considerado el precursor de los anteriores acuerdos de distensión y desmantelamiento de las ojivas nucleares que derivaron de la Guerra Fría.
Por este instrumento jurídico que fue promovido por la diplomacia mexicana, le valió el merecimiento al Premio Nobel de la Paz, al mexicano Alfonso García Robles.
Argentina ha expresado su voluntad de lograr una solución pacífica al conflicto y espera que el Reino Unido responda al llamamiento de las Naciones Unidas para que ambas naciones negocien la soberanía de las Islas Malvinas, ocupadas por el Reino Unido desde 1933.
La Asamblea General de la ONU resolvió en 1936, que las partes se sienten a negociar, pero Reino Unido nunca aceptó discutir con Argentina acerca de la soberanía de las islas que ocupa desde el siglo XIX.
Reino Unido arrebató las Malvinas a Argentina en 1833. Desde entonces, los argentinos han reclamado durante siglos por vías diplomáticas la soberanía del archipiélago.
En 1982, el dictador argentino Leopoldo Galtieri ordenó la invasión militar de las islas, pero dos meses después, los británicos la recuperaron. Ahí murieron 649 argentinos y 258 británicos.
Desde entonces, la actividad tradicional de la crianza de ovinos y la pesca, ha abierto paso a las empresas estadounidenses y europeas que actualmente de manera frenética exploran y perforan los yacimientos petroleros localizados en las islas ocupadas.
Esto último explica la negativa británica al diálogo y a la negociación.
Desde noviembre de 2011, Argentina convocó a los países sudamericanos para que cerraran sus puertos a los buques con bandera de Malvinas, por considerarla ilegal. Muchos países se adhirieron a este acuerdo y ratificaron que no recibirán buques con insignia malvinense.
La OEA, a través de su secretario general, José Miguel Insulza, ha expresado respaldo total al diálogo pacífico que promueve Argentina por el conflicto por las Malvinas y alertó del peligro que representa el envío de naves de guerra y armas nucleares a las islas del Atlántico Sur por lo que pedimos a esta Soberanía que pudieran apoyar el siguiente punto de acuerdo:
“La Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión exhorta al titular del Poder Ejecutivo Federal a que, en el ámbito de su competencia, presente a nombre del Estado mexicano, ante los organismos internacionales competentes, un exhorto para que la disputa entre los gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, con respecto a la soberanía de los territorios de las Islas Malvinas, así como espacios marítimos circundantes, se resuelva de acuerdo por lo dispuesto por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas e inste a ambos gobiernos a proseguir las negociaciones en el marco de la Carta de las Naciones Unidas”.
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