México, D.F; 23 de octubre de
2012
El derecho de las mujeres al sufragio en México, oficializado hace 59
años, constituyó el primer paso para tratar de democratizar la toma de
decisiones en un país en el que hasta entonces la política era una prerrogativa
exclusiva de los hombres que crecieron y se hicieron bajo la visión del partido
único y autoritario, actividad en la que las mujeres estaban imposibilitadas
legalmente para disputarle a los varones los espacios de poder.
Desafortunadamente, a casi seis décadas de haberse concretado la lucha
de cientos de mujeres por el derecho a sufragar en las elecciones federales de
México, la desigualdad entre los sexos en el ámbito político sigue siendo
evidente. Si la disputa original de las mujeres fue por el derecho a votar en
un país machista, la batalla ahora se centra en la prerrogativa que tiene el
sector femenino a ocupar los puestos de elección popular de manera equitativa
con los hombres.
A pesar de que dentro de la lista nominal que se usó durante las pasadas
elecciones federales del 1 de julio las mujeres constituyeron el grupo
poblacional mayoritario -41 millones 196 mil 690 frente a 38 millones 262 mil
376 de hombres-, los dirigentes de los partidos políticos siguen negándole a
las mujeres la posibilidad de competir en condiciones de equidad con los
varones por los puestos en el Congreso federal y en las 32 legislaturas locales
de nuestro país.
Aunque la legislación electoral vigente en nuestro país contempla la
obligación de que los institutos políticos con registro otorguen el 40 por
ciento de sus candidaturas a mujeres, es oportuno denunciar que ninguno de
ellos cumplió con dicho mandato durante el pasado proceso electoral. Esto se
hace evidente cuando revisamos que de los 500 legisladores que conforman la
LXII Legislatura, sólo 184 son mujeres.
La situación no es diferente cuando examinamos la integración de las
legislaturas de los 31 estados de la República.
En el caso del congreso local del estado de Morelos, la conformación de
la LXI Legislatura indica que las mujeres volvieron a ser relegadas por sus
partidos a un segundo plano, al otorgarles la posibilidad de competir, sí, pero
en su mayoría en condiciones adversas y sin respetar las reglas internas de
equidad y paridad de género.
Ello representa un claro incumplimiento al artículo 43 numeral IV del
Código Electoral del Estado de Morelos relativo a las obligaciones de los
partidos políticos, que mandata garantizar la igualdad de oportunidades entre
hombres y mujeres para tener acceso a cargos de elección popular, violación que
se refleja en el número de diputadas que estarán en funciones para el trienio
2012-2015.
De los treinta escaños que
conforman la actual legislatura, sólo siete son ocupados por mujeres,
equivalente a menos del 25 por ciento del total.
Por partidos, el PAN, de cuatro diputados, dos son mujeres (50 por
ciento). El PT, con tres diputados, uno es mujer (33 por ciento). El PVEM de
tres diputados tiene una mujer (33 por ciento). El PRI, con ocho diputados,
sólo cuenta con una diputada (12.5 por ciento). En Nueva Alianza su única
diputada es mujer. El Partido Movimiento Ciudadano, que cuenta con dos
diputados, y el PSD, que tiene uno, no tienen representantes femeninos.
En el caso del PRD, que con
ocho integrantes representa la bancada mayoritaria en el Congreso local, sólo
tiene dos diputadas, que equivale a un porcentaje de 25 por ciento.
Cabe recordar que uno de esos dos lugares fue otorgado a la diputada
María Teresa Domínguez Rivera luego de un largo litigio ante el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación por hacer valer el estatuto del
Partido de la Revolución Democrática en su capítulo II relativo de la
democracia y garantías al interior del partido, que en su artículo 8 inciso e
señala a la letra que:
“…el partido garantizará la paridad de género en los órganos de
dirección en todos sus niveles, asegurando siempre la alternancia equitativa y
proporcional de dicha paridad. Dicha regla se aplicará en la integración de las
listas de candidaturas a los cargos de elección popular por representación
popular, asegurando que en cada bloque de dos haya uno de género distinto y de
manera alternada, respetando el orden de los géneros del primer bloque hasta
completar la lista correspondiente”.
En un claro atentado a los avances democráticos internos logrados desde
la conformación del PRD como partido político nacional, Abel Espín, dirigente
del sol azteca en Morelos, impugnó por medio de un recurso de
inconstitucionalidad presentado ante la SCJN las cuotas de género logradas por
la lucha encabezada por cientos de mujeres perredistas desde la conformación de
nuestro instituto como partido político nacional y plasmadas en nuestros
documentos básicos en los más recientes congresos nacionales que hemos
celebrado.
Aunque la SCJN ha desechado ya dicho recurso, resulta preocupante que el
dirigente perredista pidiera invalidar el Código Electoral del Estado de Libre
y Soberano de Morelos específicamente en las disposiciones contenidas en los
artículos 193, 209, 210, 211 en lo relativo a la equidad de género, artículos
que regulan las cuotas y derechos de género; es decir, que impone obligaciones
a todos los partidos políticos en Morelos para garantizar la presencia de la
mujer en cargos de elección popular.
Sobre todo cuando el gobernador del estado, el perredista Graco Ramírez
Abreu ha dado muestras amplias de impulsar las acciones afirmativas e incluir
la perspectiva de género como ejes principales de su trabajo en el gobierno en
la entidad.
Por ello, hacemos un enérgico llamado al presidente del PRD en Morelos,
Abel Espín, a respetar los documentos básicos de nuestro partido, asumiendo con
responsabilidad lo que en materia de acciones afirmativas contiene el Código
Electoral del Estado de Morelos.
Llamamos a los integrantes del frente legislativo de izquierda de la
LXII legislatura del Congreso de la Unión a impulsar durante los próximos meses
los cambios necesarios en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales (COFIPE) que logren poner freno a las flagrantes violaciones que
vienen cometiendo nuestros políticos, tanto a nivel nacional como local en
detrimento de las mujeres.
A T E N T A M E N T E
Hortensia Aragón Castillo
Coordinadora Nacional
Foro Nuevo Sol-PRD